Boceto de supermanzana

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2017

Y aborde la supermanzana, a propósito de las superquadras de las alas residenciales de Brasilia. En aquella ocasión, proponía partir cada superquadra (296x296 metros) en nueve manzanas de menor tamaño, según criterios de disposición de edificios que tuvieran en cuenta, tanto el plan general de Brasilia, como el uso razonable de los espacios urbanos, en función de su carácter.

La actual incursión en la supermanzana no dista mucho de la que propuse entonces. En este caso, no parto de una propuesta existente, la de Brasilia, sino que afronto el problema desde una perspectiva más genérica: parto de una ciudad reticulada, con manzanas de dimensiones en torno a los 100x100 metros y la unidad urbana se compone de nueve manzanas básicas.

Se contempla una densidad media entre 100 y 150 viviendas/hectárea, además de la parte proporcional de edificios de oficinas, servicios y equipamientos. Una densidad alta debe garantizar la sostenibilidad económica y social, sin provocar disfunciones por la aglomeración: la disposición de los edificios y la calidad de los espacios urbanos debe favorecer ese objetivo.

La diferencia entre los anchos de calles tiene que ver con la naturaleza de los tráficos respectivos. He procurado la combinación ordenada de usos para aumentar el ciclo de vida en los espacios: se trata de equilibrar las actividades, evitando la desertización horaria a que conduce la separación funcional que preveía el zoning.

Por lo demás, la posición de los edificios, según su uso y características ya se exploró entonces y no requiere grandes reflexiones. Otra cosa es la posición relativa de los mismos entre sí, lo que exige atención a la cantidad y, sobre todo, calidad de los espacios urbanos que configuran.

 

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