Centro cultural Amilcar de Castro B
VolverSe trata de una segunda propuesta para el Centro cultural Amilcar de Castro. En este caso no parto de edificios previos, sino que es la configuración del solar lo que sugiere y disciplina la propuesta.
Parto de cubrir la zona que dejan libres los árboles y la parte de manzana de enfrente que decidimos usar para el proyecto. Este gran cubierto es techo de un bajo público, abierto y continuo, y a la vez es suelo de un plano elevado en el que continúan las actividades públicas más adecuadas a esta situación.
Las dos torres intentan dar rentabilidad a la operación y verosimilitud financiera al centro: se trata de edificios destinados a oficinas o, eventualmente, uno de ellos -o parte del mismo- a hotel.
Quiero señalar el cometido de las "linternas" que dan luz a los conjuntos de esculturas de la planta baja, a la vez que constituyen un mirador desde la planta alta. No solo dan a la escultura de Amilcar de Castro la relevancia que tiene en el proyecto, sino que garantizan la habitabilidad e interés espacial de la planta baja.
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