Centro de eventos

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2020

Cuando L. Mies van der Rohe proyecto el Crown Hall (1956), era director del Departamento de Arquitectura del IIT. Se comprende que quisiera aprovechar la ocasión para mostrar sus convicciones acerca del “espacio universal” y el edificio acabase llamándose el “Salón de la corona”.

Seguro que don Luis lamentó más de una vez el destino que se iba a dar a un espacio tan magnífico: paneles y mesas de dibujo, cuya disposición cambiante verificaría uno de los presupuestos del proyecto, pero no precisamente el más importante.

Cada vez que lo visito acuso la contradicción entre el edificio y su destino, que, lejos de reforzar las cualidades del edificio, las cubre de una neblina utilitaria que casi justifica los comentarios más ingenuos de los críticos cuando lo califican de “estética industrial”.

Se comprenderá, pues, que mi proyecto de Centro de eventos quiera, por una parte, reivindicar la condición de Hall –salón- que tiene el Crown y, por otra, acentuar lo que tiene de arquetipo, por tanto, repetible, contrario a esa aura de excepcionalidad que muchos críticos distraídos atribuyen a los edificios de Mies.

Los tres pabellones tienen tres usos bien distintos compatibles con el salón que Mies concibió como espacio universal: es una prueba más de que acertó en su propuesta.

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