Ciudad Universitaria
VolverCuando voy a Le Miraill, en Toulouse, siempre acabo en la universidad. Obra de los mismos autores -Candilis, Josic y Woods (1966-73)- se basa en una geometría distinta de la que disciplina el barrio. Libre de la iconografía vegetal, recoge la esencia de lo orgánico, en el sentido genuino del término.
Es una muestra de que la sistematicidad es la condición de lo diverso: sin regla, no hay libertad, sino desorden.
Pues bien, la euforia que el “team X” había infundido en sus feligreses es acaso el motivo de que, acaso por el empeño en exhibir flexibilidad, el conjunto se resienta de la tensión entre lo ordenado y lo fortuito, como si se tratase de dos criterios contrapuestos. Los espacios son, de todos modos, sugerentes y bien medidos.
En este pedazo de “ciudad universitaria” he tratado, por una parte, de aumentar la densidad que haga el complejo sostenible y, por otra parte, de comprobar que la capacidad estructurante del sistema no se resiente por la variedad de situaciones espaciales y edificios a los que sirve.
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