Dos casas de tres núcleos

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2019

Hace años proyecté una casa de tres núcleos, cerrada con vidrio, que consta en este archivo como Casa de vidrio (2014). En realidad, fue aprovechar un esquema conocido, cuyo origen tiene algunas décadas: un rectángulo de proporción alargada tiene una zona de estar en la parte central y está flanqueado, en un extremo, por el dormitorio de los padres, y en el otro, por los cuartos de los hijos. Todo ello cerrado por paneles deslizantes de vidrio, dado que la organización lo permite sin gran perjuicio para el uso.

Cinco años después, he vuelto al esquema para comprobar que ocurre sin la licencia –un pelo juvenil, hay que reconocerlo- de cerrar la casa con solo hojas de vidrio.

En un caso, la variación ha consistido en abrir los dormitorios solo pos las testas del volumen, rememorando la espléndida Casa Bunschaft (1963), en East Hampton, hoy desafortunadamente desaparecida, tras haber servido como establo unos años, por el mix de insensibilidad y codicia que adornan la personalidad de algunos congéneres.

En el otro, la revisión se ha basado en dar prioridad a la orientación al sol, por considerar la hipótesis de que al influjo del astro se sumaba las mejores vistas.

El situarlas en un terreno común me permite ejercitar el “suburbanismo”, es decir, la ordenación del territorio suburbano, del que tan pocos ejemplos se pueden recordar.

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