Escuela NH

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2017

Visito New Haven cada vez que tengo oportunidad, es decir, cuando voy a New York. En esta ocasión, más allá de mi recorrido ritual por los edificios de Louis Kahn y Gordon Bunschaft, el viaje tenía el interés de acercarme a la Harry A.Conte Elementary School (1962), de SOM, de cuya existencia me enteré por una de esas guías de arquitectura de las ciudades que –con solvencia desigual- se encuentran en internet.

Una intervención, vociferante y hostil, perpetrada el año 2000, según rezaba la plaza de bronce que se exhibía en la entrada, debería recibir un galardón por un ensañamiento con el edificio original que solo explica la insensibilidad y la ignorancia.

Dejo aquí la glosa del añadido para volver a la Escuela. Rodeada por un peristilo de pilares, el edificio dispone de ese forro de espacio que, siendo exterior, pertenece al interior, y matiza el tránsito entre la Escuela y su entorno. En esos años, SOM uso un planteamiento similar –retrasar el cerramiento climático respecto de la estructura perimetral- en las oficinas United Airlines (1962)

No pude conocer el interior porque era hora de clase y no he encontrado documentación que me ilustre sobre el contenido, más allá de una perspectiva exterior del conjunto.

Acaso esa es la razón por la que decidí explorarlo a través del proyecto, como suelo hacer, de unos años a esta parte. En realidad, he proyectado tres edificios, conectados por pasos cubiertos, que pueden albergar dependencias de una escuela elemental o de muchas otras actividades y programas.

Como suelo hacer, he procurado a la Escuela un entorno urbano que la haga verosímil como edificio y le dé sentido como arquitectura.

 

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