Plaza de la estación

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2020

El proyecto se aborda como un programa genérico, más allá de la situación concreta del emplazamiento de las imágenes. El espacio que antecede a las estaciones de ferrocarril en grandes ciudades suele plantear cuestiones que son comunes a la mayoría de ellas, de programa, de escala, de carácter y, por tanto, de identidad urbana.

El espacio que precede al acceso desde la ciudad -el primero, a la llegada- suele ser de una amplitud a la que la ordenación no suele responder, ni espacial, ni funcionalmente. En cambio, propicia unas actividades que podrían sugerir aspectos básicos del proyecto.

El disponer del sistema de cubiertas explorado en proyectos inmediatamente anteriores, me sugirió extender el sombrajo a gran parte del área libre, y perforarlo con patios que acumulan chopos esbeltos, un suelo de madera y equipo de asiento que propicia el descanso. Estos polos de intensidad espacial puntúan la extensión cubierta, lo que mejora su calidad ambiental.

Mercadillos eventuales, exposiciones y otras manifestaciones feriales darán sentido a un área cubierta que toma el relevo a una arboleda imposible, en la mayoría de los casos, además de inadecuada, en todos ellos.

Manchas verdes de césped, con arbolado de sombra y equipo de asiento, completan el servicio público del área y ofrecen una alternativa espacial al sistema de bóvedas suspendidas.

La cubierta monumental identifica el enclave, al dar respuesta a la escala urbana que ahí comienza: no es difícil imaginar el tipo de actividades, festivas o no, que complementarán el sentido estrictamente espacial y simbólico del elemento.

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