Torres H

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2020

A partir de cierta altura, las torres planteadas como un fajo de elementos verticales adquieren una solvencia difícil de superar con otras configuraciones.

La predominancia de la altura, deja en segundo plano la naturaleza intrínseca de objeto compuesto por la superposición de planos horizontales: solo por la noche, la iluminación artificial hace recuperar a la torre su constitución mas intima.

De las malogradas torres del World Trade Center (Yamasaky, 197’) siempre me impresionó su “naturalidad”: jamás las pude imaginar de otro modo.

Pero son los tres edificios Rockefeller de la 6th Av. de New York, Exxon (1971, Mc Graw Hill (1971) y Celanese (1973), de Harrison & Abramovitz, los que me hicieron ver el problema básico de ese tipo de torre: cuando y como se interrumpen los elementos verticales llegan al suelo.

Dos calles más arriba, la CBS Tower (1960-64), de Eero Sarinen muestra una opción: hacerlos llegar todos al suelo, de modo que las entradas serán tan anchas como la separación entre elementos verticales. Esa solución obvia el problema y traslada la dificultad a las compañías de mudanzas. Pero, en todo caso, solo es aplicable cuando entre montantes hay una separación que permite ser usada como ingreso, sin gran demérito de la compañía que sufragó el inmueble.

Volviendo, pues, a los Rockefeller, cuya separación entre elementos montantes ronda los setenta centímetros, observando el modo como afronta el problema, desde el Exxon hacia el Celanese, se puede comprobar que para los mismos arquitectos fue una cuestión debatida: de exhibir la interrupción con un zuncho de canto importante, en el Exxon, a interrumpir el montante, sin más, en el Celanese.

Naturalmente, hablo de la representación arquitectónica, es decir de la construcción visual de un problema que, constructivamente, debio resolverse de manera parecida en los tres casos.

Pues eso: la representación visual de una solución estructural es lo que me movió a ensayar estas torres concebidas como un “fajo de fibras”. Un zuncho importante de hormigón que recoge una retícula de jácenas, asimismo importantes, resuelve el apeo de las plantas bajas, con la ayuda de unos pilares apantallados que dan rigidez al sistema.

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